sábado, 28 de diciembre de 2013

Alejandro

"Te escribo esta carta a ti, aunque nunca la leas. Me hiciste daño, mucho daño. Pero hoy me he dado cuenta que de alguna forma tengo que sacar de dentro de mí el profundo pesar que siento y eso es lo que voy a hacer.

Desconfío del rencor porque no es un buen amigo, por eso no lo quiero conmigo. Además el rencor nos lleva a sentir miedo y es precisamente lo que necesito que desaparezca. No es que te tema, es que tengo miedo a revivir mi sufrimiento y a volver a caer en el mismo error.

Por eso he decidido que tengo que afrontarlo, ponerme frente a frente a tu persona y a todo lo que tú significas; sea en mi mente o no, y hacerme valer. Si reduzco este miedo conseguiré reducir todos los demás.

Yo te quería y confiaba en ti, ¿sabes? En realidad no pedía nada extraordinario pero si lo hubiese sabido no hubiese permitido que me dañaras. No voy a olvidar nunca lo insoportable que es este dolor ni lo mucho que me ha enseñado. Al fin y al cabo te tengo que dar las gracias por algo.

He aprendido que no puedes darle a alguien algo que no quiere recibir. Te permitiste el lujo de dejármelo demasiado claro; tanto como lo importante que es saber lo que es malo en tu vida y te está consumiendo.

Pues sí, me he dado cuenta de que eras tan perjudicial para mí que me has impedido avanzar durante mucho tiempo.

No pienso arrojar una piedra hacia arriba, pues lo más probable es que caiga en mi cabeza. Desde luego que no aportaría felicidad, sino que sumaría miseria a mi vida sin contemplación. El dolor en el alma, de alguna forma te anestesia y no eres consciente de lo que está suponiendo para ti hasta que es demasiado tarde.

Quizás estoy escribiendo estas líneas con lágrimas de sangre y de puro dolor pero estoy cogiendo el mando y haciéndome con el timón porque he llegado a tiempo de ir más allá y superar lo que tú provocaste en mí.

He de decirte que escribo esto porque detrás de mi coraje existe una gran tristeza, una infinita humillación y una delicada decepción. Siento que camino por encima de un volcán mientras mi vida pende de un hilo, por lo que tengo que soltar el lastre que supone cargar con lo que tú ocasionaste en mi interior.

Necesito muy poco para estar bien pero es por eso que tengo que sacar de dentro de mí todo este dolor. A partir de hoy no te guardo rencor ni ira ni rabia, no quiero cosas innecesarias en mi corazón. Toda experiencia dolorosa encierra dentro una gran semilla de crecimiento y liberación.

La realidad es que hoy me pregunté si podía hacer algo valioso, entonces decidí escribir esto. Esta carta no es por ti, es por mí, porque necesito liberar de mi espalda tu carga. Me he parado a pensar en que no quiero cosas negativas en mi vida y me he dado cuenta de que ahí estás tú y todo lo que hiciste, así como la forma en la que me haces sentir.

Me he percatado de que reflexionar sobre ti es el mayor acto de amor propio que puedo llevar a cabo. Hoy puedo decir que me estás haciendo un favor porque ahora más que nunca me quiero y sé que no quiero hacer de mi cuerpo la tumba de mi alma, que puedo afrontar todo lo que hay en mi interior. No hay que tener miedo a vivir porque todo consiste en reaprender a hacerlo".

Fuente: http://psicologosperu.blogspot.com/2015/07/carta-quien-me-lastimo.html

miércoles, 2 de enero de 2013

Una amiga


Sentarse en un banco vacío no es divertido, pocas cosas son divertidas si se hacen de a uno solamente.

Y cómo hacer para llenar estos vacíos del alma que todo ser humano tiene? si bien nuestros familiares nos acompañan la primera etapa de nuestras vidas y nos enseñan lo básico para sobrevivir en la selva de cemento en la que nos toque vivir, más adelante conforme vamos creciendo, personas -no menos importantes que nuestra familia- van apareciendo y se van haciendo parte de nosotros de a poco o de a mucho: los amigos.


Y quién no tiene amigos?

Está la primera persona que te habla en el nido y se convierte en tu primer amigo al que saludas fervorosamente cuando te saluda y le dices algo como: Recuerdas cuándo nos hicimos amigos cuando aún teníamos dientes de leche.

Más adelante la primera amiguita antipática de la clase que te hace sentir el peor bicho del colegio, pero que ahora, ya grande y MADURA te parece en impulso que necesitabas para dejar de jugar con muñecas y poner atención a la planificación de tu vida.

Más adelante esa alma gemela, el partner que encuentras y con el que sientes que no necesitas explicar nada más que lo estrictamente necesario porque sabes que te entiende, y que luego se convierte en un amigo no más porque tus amigas no entienden que a un amigo se le puede querer igual que a una amiga.

Luego el grupo de amigas inseparables del colegio, con las que hiciste tus primeras palomilladas, con las que tomaste el primer trago, las que te ayudaron a encender el primer cigarro grupal "finta para la foto", y con las que fue un mate de risa llevar todas las clases de anatomía.

Hasta este momento se cree que se han obtenido los mejores recuerdos de la vida en cualquier persona si de amigos se trata, es decir hasta la etapa del colegio, el porqué de está razón la atribuyo a que hasta está etapa no se tuvieron muchos límites ni ambiciones respecto a la diversión...

Luego, sea en la academia, instituto o universidad, las amistades que se presentan son diferentes, son personas hechas y derechas, con una manera de pensar diferente y algo cerradas a experimentar cosas (tienen gustos ya definidos)... y aunque al principio es algo difícil una amistad más allá del hola y chau se puede llegar a crear vínculos de mucha confianza.

Dónde poco se cree que se puede encontrar amigos es en las redes sociales... en el 2013 por lo menos, debido a lo deteriorado de la amistad vía una computadora o celular... pero de qué se puede puede, yo lo logré: encontré una buena amiga y me alegra que lea que todo este post es para agradecer al cielo por ella.